Un objetivo SMART consiste en que este debe ser:
Specific (especifico)
Mensurable (medible)
Achievable (alcanzable)
Relevant (relevante)
Timely (temporal)
Lo anterior quiere decir, que los objetivos deben ser definidos de manera clara y coherente, a su vez, estos deben ser diseñados para que su grado de avance o cumplimiento pueda ser medido, que estén alineados con los objetivos organizacionales y con las condiciones del entorno, y finalmente; que tengan un horizonte de tiempo establecido para su cumplimiento.
Como auditores internos o gestores de riesgos, incluso desde cualquier rama profesional, tener objetivos definidos de manera adecuada permite sincronía con el negocio, logra empoderar a los equipos de trabajo, genera credibilidad frente a los planteamientos estratégicos que se realizan y transmiten confianza a los directivos y a los grupos de interés.